lunes, 23 de febrero de 2015

Cóctel Número 4 - LA SILUETA DE EVA


Tus pechos me susurran que en el sentir de la arena el tiempo de tu sombra no es como el del agua. Cae de la silueta de la rosa abierta a la noche y al destino único de tu aroma.

Entre las estrellas y los granos del oro y de la sal, los amantes, los náufragos de horizontes titilantes anidan sus últimas soledades hasta dejar vacío el cáliz de este sol.

Dios ha puesto su índice en tu pecho y ha dejado para tu piel de princesa un nuevo corazón. Ahora eres una embriaguez y un canto del mar que ata la brisa a las sandalias de tus pies.


Sediento entre el estruendo de manantiales puros me disuelvo en la primera lluvia virginal y trueno y relámpago son el principio del mundo.